Xinxetes: cuando la luz y la memoria vuelven a jugar
Xinxetes es mucho más que un objeto decorativo. Es un ritual de luz que transforma naipes desechados en mariposas flotantes capaces de generar momentos íntimos y poéticos. Detrás del proyecto se encuentran dos empresas históricas que comparten sensibilidad por el diseño, la tradición y la sostenibilidad: Cerabella, con más de 160 años elaborando velas artesanales en Barcelona, y Fournier, la fábrica de naipes más prestigiosa del país.
A partir del excedente de cartas, estas se perforan y troquelan individualmente, convirtiéndose en pequeñas plataformas que flotan sobre el agua. En el centro, una mecha —incluida en cada caja— se enciende para crear una llama suave que danza sobre la superficie como un recuerdo que se resiste a desaparecer.
Un ritual íntimo y efímero
La experiencia de Xinxetes es tan simple como especial. Solo hace falta llenar un recipiente con agua, colocar una de las cartas perforadas e insertar la mecha. Al encenderla, la mariposa se transforma en una pequeña isla luminosa. Esta simplicidad convierte el producto en un gesto de belleza esencial, perfecto para acompañar momentos de calma, celebración o introspección.
Cada caja incluye 60 mariposas flotantes, creadas a partir de cartas Fournier reales. Un detalle ideal para regalar o para crear ambientes mágicos en cenas, ceremonias, baños relajantes o espacios meditativos.
Un diseño que cuenta historias
Las cartas mantienen todos sus detalles gráficos: colores, textura y estética clásica. Este carácter les aporta un aire vintage que conecta con la memoria compartida de generaciones de jugadores. Encender una Xinxeta es también encender la historia de una carta que ya no se juega, pero que aún ilumina.
Sostenibilidad y economía circular
Xinxetes nace con una idea clara: dar una segunda vida a materiales descartados. En lugar de desechar el excedente, se convierte en un producto nuevo, sostenible y cargado de significado. Una apuesta por el diseño responsable y por objetos que respetan su origen.
Un proyecto con alma
La unión de Cerabella y Fournier da como resultado una pieza única que celebra la luz, la tradición y la memoria. Cada mariposa flotante es un homenaje a lo que permanece y renace.
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